miércoles, 3 de febrero de 2016

QUE ESPERO DE TI AMOR?





Últimamente aparecen pequeñas historias de lo poco que necesitamos las mujeres de mi edad. 

No entiendo por qué llama tanto la atención que a nuestra edad, necesitemos poco, o ya no necesitemos lo que buscábamos desesperadamente con 20 años, ya no buscamos un príncipe azul, sobre todo porque ya no somos princesas. Parece que vamos de sobradas, pero que va, es todo lo contrario, ya no vamos de nada.

Hemos de cambiar todos y todas, incluso diría más, todas mas que todos el chip. A mi edad si ya no tengo compañero de viaje, es por algo. Porque se bajó en un par de estaciones antes, da igual de quién fue la culpa, al final el viaje  lo sigo sola, bueno sola no, con maletas, que pesan muchooo, como mis hijos, y que sin no los estuviera, no quiero ni pensar que duro sería este viaje, para el viaje no tendría sentido.

Ya ha estas alturas de mi vida, y no necesito ser una actriz famosa con una foto semidesnuda y entra dita en carnes, para decir lo que siento, y creo, humildemente que no soy la única; He aprendido, y me ha costado mucho, pasar de gustar a la gente, y digo gente, porque sigo queriendo gustar a los míos, pero a la gente?. Solo es gente. Ni siquiera me acuerdo de sus desplantes, de sus críticas de su falsa moral, ni de sus caras.

Empecé un viaje sola junto a mis hijos, sabiendo que en cualquier momento se bajaran de mi tren, aunque me queda un buen tramo para seguir acompañada, aunque a veces, os he de confesar que el trayecto se hace largo, pero solo a vece; Y empezarán a viajar solos, y solo nos veremos de vez en cuando en algún punto de ese tour.

En mi nuevo viaje llevo mi maleta llena de esperanza, confianza, serenidad, astucia, un montón de pegatinas de lugares y personas que he conocido, alguna que me gustaría despegar, pero se va a quedar el cerco, y de todas formas no podré olvidar, de sellos en mi pasaporte que nunca volvería a intentar repetir, pero ahí están, como un tatuaje.

Ese viaje lleno de experiencias, buenos momentos y malos, lleno de equivocaciones de las que me arrepiento y no quiero volver a repetir y por supuesto, con más templanza, algo más sabía, y más gorda y arrugada, me hace sentir bien.

Me hace sentir bien que cada día me dejo la piel con mis hijos, que les ofrezco lo mejor que tengo, todo mi tiempo y mi esfuerzo, que también intentó ser buen a en mi trabajo; me explico, buena en el sentido de dar lo mejor de mi, intentar que salga mejor cada día, ayudar a la gente y poner una sonrisa. Y por la noche, cuando me voy a la cama derrotada, me siento bien. Me siento muy cansada pero tranquila y en paz.

Vale y en este viaje con mis hijos, una maleta llena de amor y ternura hacia ellos, buenos propósitos, y por fin la conciencia tranquila, me pregunto, me falta algo?.

Si me falta un compañero de viaje, me queda menos tiempo por viajar que el tiempo que he viajado, no tengo prisa en encontrarte, ni siquiera creo que coincidamos.

Ya no necesito seguridad, la tuve y la he recuperado sola, no necesito dinero, bueno si claro que si, y voy muy justa, pero me basta y me adapto, no necesito ni un porteador, ni un fontanero, ni un electricista, para eso tengo el Seguro de Hogar, y a falta de gimnasio subo escaleras y hasta mi bombona de butano en etapas.

Sabéis, necesito un abrazo, una caricia en la espalda, una mirada y un animo tu puedes, incluso un cachete en el culo. Necesito poder ir de la mano de ese señor, como si tuviera 20 años, supongo que porque no lo hice, y nunca me cogieron de la mano.

Necesito, horas de conversación, alguien que me pueda sorprender con lo que sabe, con lo que dice, con lo que lee, inteligente, y culto.

Necesito besos  que duren una eternidad, que me pongan la carne de gallina y que me hagan cerrar lo ojos. Ah y que me despeinen.

Necesito una cena tranquila, en tu casa o en la mía, con una copa de vino y luego una peli en la tele, hecha un ovillo en el sofá tapada con una mantita, y esperar a que vengas a mi lado y me abraces de nuevo.Y me vuelvas a sorprender.

Flipo en verano, y necesito de mi querida ciudad, Palma,  una comida al lado del mar, un baño en la playa por la tarde, y llegar con sensación de que me he quemado con el sol, llena de sal y con ganas de darme una ducha y cenar un gazpacho, ahí creo que he fastidiado el modo romántico. Lo siento.

La verdad es que necesito un compañero de viaje para compartir buenos momentos, para darle lo mejor de mí y que él tenga la generosidad de ofrecerme lo mejor de él.

Y ya sería lo más que los buenos momentos fueran muchos, cuantos más tiempo mejor,  hasta hartarme, aunque algún día se convirtieran en rutina.

Necesito que alguien se deje querer tanto como puedo querer yo y cuando necesite, ya no haga falta porque lo tengo.

Te sigo esperando compañero. Lo demás ya lo he conseguido.



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