LAS MAMAS CURAN

Las mamás curan a sus niños cuando están malitos, siento que haya un montón de papas que discrepen en lo que digo, de hecho, creo que hay papás que también curan, pero las mamas nos ganamos el premio por goleada. No se que tenemos, no se si es que lo hemos hecho muchas veces, pero un pañito frio en la frente, en las muñecas y en los tobillos, con esa canción o soniquete que siempre da confort, hace que la fiebre baje.

Bueno si la fiebre persiste hay que ir al médico, y con un buen tratamiento, se soluciona el problema, incluso en eso tenemos un sexto sentido, cuando vemos que la cosa no va bien y decidimos: hay que ir a urgencias. A veces te confirman el diagnóstico y a veces lo propios médicos se asustan y hay que quedarse ingresados.

Muchos de eso ingresos nos causa pavor, pero realmente, cuando la cosa se complica en el mejor sitio que podemos estar es en un Hospital, y eso es lo que nos ha pasado esta semana con mi hijo. Estaba asustada, pero la cosa va mejor, los antibióticos van cumpliendo su función, está hidratado, controlado y sus defensas, aunque indefensas ganarán al puta virus que nunca sabremos su nombre.

Pero insisto, las mamás curamos, el protocolo se puso en marcha, mi niño estaba bien cuidado, todo en orden, su papa cumpliendo como un campeón, pero mi niño estaba triste. Y será coincidencia, no digo que no, pero uno susurros en el oído, un par de caricias, aunque no le gusten, por supuesto llevaba en el bolso el kid de supervivencia, música, altavoces, cascos, y pop español a toda caña en urgencias durante toda la mañana, sobre todo y sobre todos el gran Alejandro Sanz.

Y la cosa ha ido mejorando, incluso ya protestaba si le ponía la canción que no le gustaba, y mi angustia ha ido bajando proporcionalmente a que el se iba quejando un poquito más.

Seguimos sin saber cuando saldremos, pero ya hemos comido algo, y va todo bien.

Pero un inciso, joder la diferencia que hay entre un médico, enfermero, enfermera todos muy profesionales, no me cabe la menor duda, antipáticos no lo siguiente, a una enfermera, en mi caso, esta mañana, agradable y comprensiva.

Vale que no sabe un diagnóstico concreto, vale que hay que esperar, vale que no sabemos si pasaremos a planta o no, y vale que no sabemos si saldremos, vale que estamos en Semana Santa y el niño no está grave, y nadie pregunta si tenemos planes de vacaciones. Pero un poco más de cariño, de empatía, un poquito de sensibilidad a la hora de ver la cara de una madre angustiada. 

Hay mucha diferencia entre un médico agradable, y comprensivo, igual de profesional que un imbécil con cara de perro que no te da ninguna explicación, que te dice vale dale de comer y encima se le olvida dejarlo escrito en su historial. Y...

Perico esta tarde no va a merendar ni a cenar porque a ese tipejo se le ha olvidado escribirlo en el ordenador, y eso que la enfermera del primer turno, la que era agradable, se lo ha dicho a la del segundo turno, que también era muy antipática. Y ya ahí me han puesto nerviosa, y le he dicho de la forma mas asertiva que conozco que pidieran al de guardia que lo dejaran todo por escrito.

No me pudo gustar más un Neurólogo, especialista en epilepsias que me contaba que a sus alumnos les decía cuando venga una mama de un niño con discapacidad, y ataques de epilepsia y os díga: "el niño no está muy bien". Correr!!!. Pues eso, cuando estamos asustadas es que pasa algo grave, pero cuando ya la cosa se calma dejarnos hablar, los conocemos más que nadie. Sabemos como reaccionan, lo que les asusta, lo que les duele aunque no se quejen.

En resumen, las mamas curan, las mamas conocen perfectamente a sus hijos, y a su hijos con una discapacidad más porque no saben contar lo que les pasa y nosotras hemos ejercido una capacidad de entendimiento increible, pues que esos médico tan antipáticos y tan sabiondos sean un poco más humanos y escuchen un poquito más a las mamas que curan, y sus pacientes estarán mejor.

Que es de lo que se trata de curar.