domingo, 24 de abril de 2016

A VECES TE ENFADAS?




A veces ten enfadas, verdad?,pues yo también, ya a veces, ante me enfadaba continuamente, deben ser los años que te dan templanza, o que ves las cosas desde otra perspectiva, o que ya te cansas hasta de enfadarte, porque enfadarse, y reconocérmelo es agotador. 

Pues eso, a veces me enfado, con razón o sin razón, la única que lo pasa fatal soy yo. Por que como con todo, cuando me enfado, no me enfado poco, y ni se me nota, al revés, me enfado, y se me nota, y sino se me nota, ya me encargo yo de que se me note mandando un mensaje de esos, que ainns, una vez mandado ya no hay vuelta atrás, y viene el puñetero doble checking azul, es decir lo han leido. Y en ese momento. En ese del enfado te importa una mierda si ofendes o no. Y que se enteren. Por que yo lo valgo, porque soy muy muy chulita, y me importa poco si hago daño.

Bueno eso es un ratito, un par de horas, y luego qué?, relees el mensaje, ya se te ha pasado el calentón y dices. Mierda. Y ahora como lo arreglo. Por que me enfadé, y algún motivo tenía, seguro, pero como no soy rencorosa se me ha olvidado ya, y ahora en vez de pensar que se muera el mundo, la que quiere irse soy yo, que vergüenza, calentón, sueltas por tu boca, o con tus deditos en un mensaje lo primero que se te viene en gana, y ala.

Y al cabo de unas horas no sabes, por que te enfadaste, o si, pero ya le has quitado importancia, pero ya la cagaste, por que le dijiste a la otra persona cosas que pensabas en ese momento, pero que ya se te han pasado, y que ni siquiera ya te importan. Te importa que esa persona esté molesta, puede ser tu madre, tu padre, tu hija o hijo, tu amiga tu amigo tu chico, tu marido.

Pero sea quien sea es tan difícil. Con un perdón si ya lo has hecho un par de veces no basta, a veces no puedes dar ese abrazo de reconciliación porque no está al lado. Y estás ahí mirando el móvil.

Mi última forma de sentirme menos culpable cuando escribo lo que siento en ese momento y luego se me pasa es borrar lo mensajes. Así me siento menos mal. Y así no tengo que pedir perdones que ya no funcionan y ya no tienen sentido, cuando has dado un montón de pataletas, y rabietas y ya no le importan.

Vale, a veces no te enfadas por una cosa concreta, que es tan fácil de arreglar como hablarlo, y me perdonas, te perdono, no lo volveré a hacer, y ya está. A veces te enfadas con la persona que menos culpa tiene, después de aguantar un tiempo de injusticias, que has admitido y no has dicho para, en su momento, o que no puedes parar.

Pero siempre, en nuestras vidas tenemos a ese alguien para descargar, y por poco que haga, explotas, y sale todo. Y como me encantan los refranes ahí va uno que le va al pelo: "la gota que colma el vaso". Una gotita sin importancia pero la que hace que el agua se desborde. Y lo que no era nada se convierte en una tragedia.

Hecho ayer me enfadé, he aguantado, porque he querido una serie de cosas que nunca me han gustado, pero como voy de sobrada y de comprensiva seguía aceptado, una más otra, más otra, más la semana más los problemas añadidos, más las zancadillas, y explotas, y eso que avisé y que decía, y sentía, llevo un par de día de mal humor.

Por qué, no sé, bueno ahora si, ahora que me arrepiento de haber estallado, si se que estaba de mal humor, y se que me puso de mal humor. Pero no solo fue una persona, ni un motivo, ni una situación. Ahora que he aprendido, a controlar la mala leche. Por qué os aseguro que se puede controlar. También he aprendido a reconocer que me he pasado.

A asumir que se me fue de las manos, y que tenía motivos pero no me sirven de excusas, borré los mensajes para sentirme menos culpable, y de lo que dije, no me arrepiento ni una gota. Por que de todo se aprende, hasta de las meteduras de patas.

Hay que saber pedir perdón pero de verdad, con propósito de enmienda, y si la cosa tampoco era para rasgarse las vestiduras, un buenos días, como estás ya vale. Y  en lo que piensas.

Lo que no te ha gustado que te hagan durante un par de veces, y ha sido el motivo de tu enfado, aunque la reacción haya sido desproporcionada. Mantente, y lo que no te gustó que te hicieran no vuelvas a permitir que te lo vuelvan ha hacer. Sino nadie te volverá a creer.

Es como el cuento de que viene el lobo, tu avisas, asustada que viene el lobo, asustada y pidiendo ayuda, a sabiendas de que el lobo no venía, pero cuando te ayudaban te encontrabas mejor. Y una vez, dos, tres... y un día vino el lobo de verdad, tu te asustaste todo, pediste ayuda de verdad. Pero la gente no te creyó y te encontraste sola delante del lobo. Y sin ningún motivo para poderte sentir sola, porque la habías fastidiado.



Lo que no te gusta que te hagan, no lo consientas, no te metas en ese rollo, sal de el, y ten sentirás mejor, y no fastidiarás tanto a los demás, que a veces, solo a veces, no tienen la culpa. Yo también lo intentaré.

2 comentarios: