domingo, 1 de mayo de 2016

HAY MADRES Y MADRES PLUS





FELIZ DIA DE LA MADRE, aquí, delante del ordenador, temprano, y con un día gris y a punto de llover, con la casa en silencio, que raro,  quería escribir algo sobre ese sentimiento que tenemos todas la madres, y que aunque suene pretencioso, el amor de una madre no se puede comparar con nada más, lo siento, que el amor, dedicación, tenacidad, paciencia, ternura, cariño, comprensión, sentimos las madres por nuestros hijos, no tiene nada que ver con el amor de un padre.

Que no se pueden comparar, no quiere decir que el amor de un padre no sea tan bueno como el de una madre, sino que son diferentes. Y en eso, y aunque nos empeñemos, la igualdad entre hombres y mujeres, no viene al caso.

Bueno, que me estoy enrollando, porque no se que camino tomar, y no me centro, para hacer un homenaje a todas las madres del mundo. Seguro que me repetiría durante todo el post, seguro que ya resultaría incluso empalagoso, y muy muy cursi, seguir hablando de que ha sido mi madre para mí, y de lo que yo estoy intentando ser con mis hijos.

Pero para poder continuar, intentaré resumir lo que sentí la primera vez que fui madre. No, no os preocupéis, no os voy a contar mi parto, ni lo largo y pesado que fue como muchos. Os contaré que fue todo como una película de terror, en la que yo me había metido, y no sabía como salir.

Si las madres tienen una medalla, las madres de niños con discapacidad, no tienen suficiente espacio en su pecho para colgarles un millón de medallas. Y me voy a colgar una medalla por cada situación que viví cuando nació mi hijo Perico. Porque yo lo valgo.

La primera medalla fue no morirme de pena cuando nació mi hijo y no lo pude coger en brazos hasta 10 días después, que le trasladaron a otro hospital. Cuando tenía que sacarme la leche con un aparato odioso, para que se la llevaran a mi niño al otro hospital.

Ah otra medalla por el primer chupete que me dio una enfermera en el hospital y yo no tenia a mi bebe al lado, y un montón de visitas de amigos que no se habían enterado y que me venían a felicitar y ahí no había nada que celebrar. Que apuro.

La tercera medalla fue las horas de espera delante de cuidados medios, donde estaban todos los bebes que estaban malitos y necesitaban una atención especial. La espera no solo era para saber si estaba bien o no, sino para cada vez que el bebe tenia que hambre, estaba yo esperando para poderle dar el pecho, y un montón de gente a mi alrededor, a ver si el niño succionaba o no. Y luego la puñetera máquina saca leches, que me hacía sentir como una vaca. Y que encima, yo no producía lo esperado. Que desesperación.

La cuarta medalla, fue cuando nos dieron de alta, y nos fuimos a casa con un montón de información que no entendía, y estaba muerta de miedo, sabía que algo no iba bien, y que eso que me había llevado a casa, vestidito como un príncipe, sus faldones, sus puntillas, de azul y blanco, porque en esa época a los bebes no se les vestía de gris. Y eso para siempre. No lo podía devolver, como un paquete equivocado, o que me lo habían enviado en mal estado. Uff.

Mi mejor ayuda la de mi madre, que cada vez que quería meterme debajo de la almohada y escapar de ese miedo horrible a no saber como cuidar a mi niño, me tiraba de la oreja y me decía, Cris ni de coña, sigue. La segunda vez que ingresaron a mi hijo la que se quedo en la habitación fué mi madre, yo como siempre muerta de miedo fuera, en una silla, fumando. Pero quedo en eso una única segunda vez, ya no fumo hace mucho, ya no dejo que nadie ocupe mi lugar, porque yo soy la mama, y las mamas curamos. Y por desgracia hace mucho que mi madre se fue al cielo y ya no puede hacer turnos conmigo. La quinta medalla para mi madre.

La sexta medalla, esa tampoco es para mi sino para mi vecino que es médico, y no pediatra, Pepe Iriarte, nunca te lo podré agradecer lo suficiente, y me dijo la cosa no va bien, a pesar de que me habían dado de alta, de que había dicho, en un año hacemos más pruebas. El sin tener porque, se mojó y me dijo, tienes que hacerle pruebas, este niño puede tener un tumor cerebral. 

Y efectivamente, la siguiente medalla es otra vez para mí, porque me enfrenté a todos los médicos, hasta que conseguí saber que realmente Perico no estaba bien. Sin tumor cerebral, más complicado aún, no fue cuestión de una operación, y listo, fue cuestión de seguir y ayudarle a vivir, y así llevo 19 años.

Resonancia magnética y diagnóstico aterrador, no sabíamos que hacer, pero igual que me he sentido muy sola muchas veces, y he tirado para adelante, también he tenido pequeños empujoncitos que me ayudaron a hacer lo mejor por mi hijo. De lo único que no fui capaz nunca es de investigar la enfermedad diagnosticada a mi hijo por internet. Decidí que aprendería sobre la marcha, que no quería saber que le pasaría, que solo lo quería vivir. Y os aseguro que no fue una decisión cobarde, más bien acertada.

Muchas noches sin dormir, muchas ganas de llorar, muy enfadada con la vida, sin que me gustaran nada los consejos de la gente, malo si decían, malo sino decían. Pero tampoco tenía mucho tiempo para rallarme, mucho esfuerzo, que haciendo repaso ahora, no tengo ni idea como puede soportarlo

Y por todo ese esfuerzo que hice y el que me queda por hacer, y por las ganas que aun tengo de vivir, y de sentir, y de querer, y porque sigo sonriendo y me siento muy muy orgullosa, y muy muy feliz de tener a mi hijo ya con 19 años, un bebe grande, que me ha hecho ser mejor, y que no daría ni un paso atrás de todos lo momentos duros que he vivido con el.

Recompensado todo por mi dulce María ya con 12 años hecha una mujercita, que también ha pasado lo suyo, pero es un ejemplo de superación y fuerza para mi.

Gracias a los dos por hacerme tan feliz, por sentirme tan bien, por irme a la cama cada noche con dos pensamientos, un padre nuestro a mi madre, que está en el cielo, y ole tus huevos Cristina, eres una gran madre, no le des importancia a lo que no la tiene, pasa de la gente mala y disfruta de lo que tienes.

Gracias niños, el día de la madre, lo celebro con ese montón de medallas por vosotros. Os quiero.






5 comentarios:

  1. Eres una madre ejemplar con mucho coraje y sobre todo una gran persona tu madre allí donde esta se encuentra orgullosa de ti y de sus nietos FELIZ DÍA DE LA MADRE

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  2. Eres una madre ejemplar con mucho coraje y sobre todo una gran persona tu madre allí donde esta se encuentra orgullosa de ti y de sus nietos FELIZ DÍA DE LA MADRE

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  3. Dicen que los niños especiales te hacen mejor persona, yo de lo que te conozco y veo en ti y en la vida que llevas junto a tu querido hijo Perico y tu dulce niña María, diría que eres madre que es lo más satisfactorio , reconfortante, generoso , y un sinfín de cosas mas, pero sobre todo , que la sonrisa que llevas siempre y el buen humor que luces, estoy segura que lo perciben tus retoños y les hace mucho bien. Un abrazo Cristina, felicidades por partida doble y sigue así niña, que tu vales mucho.

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  4. 1000 medallas no son suficientes ni para ti,ni para cualquier madre de un niño discapacitado......

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