jueves, 28 de enero de 2016

SIN LIBRO DE INSTRUCCIONES.





Así vienen al mundo, como decía mi hermano mayor, vienen sin libro de instrucciones, y no sabes que hacer con ellos.

Nos referíamos a nuestros hijos, cuando nacen, tan chiquititos, tan indefensos, tan dulces, producen ternura, y huelen tan bien, bueno casi siempre, menos cuando se hacen caca o devuelve, y no son tan dulces cuando cogen una rabieta interminable, y no dejan de llorar y no sabes que hacer con ellos, o no se duermen sino estás tú, y pruebas el "duermete niño" maldito y no funciona, y luego llega cuando les quitas el pañal, el chupete, hoy ya duermes solita después de contarle un cuento, y lo vuelves a contar, y lo vuelves a contar.

Y no hay fórmulas y  no es que no tengan libro de instrucciones, o manual, ni siguiera tienen un video de You Tube, de esos tan prácticos, que en un momento de crisis te dicen lo que tienes que hacer. Tampoco encuentras el botón on/off o un reset.


Bueno, pues esa época era la fácil, la más caótica, la de noches sin dormir, la de ir a urgencias horrorizada porque no se que le pasa a mi hija... La de la madre sabionda que te da lecciones de todo, que sus hijos son los mejores, los mas buenos, los mas guapos y los más gordos, y además tiene razón, no en los consejos, pero si que  sus hijos eran los más buenos, más guapos, y más gordos, y aún lo son los más gordos. Jajaja

La época de que tus hijos obedecen, no protestan, y si protestan castigados, o cachete que tampoco iba mal, y en la calle en vez de la torta, que te miraban y te miran mal un pellizquito de monja. Y la niña se ponía a llorar delante de la gente sin saber porqué, aunque ella y tu si lo sabíais.

Bueno todos esos años de lucha por amor, de entrega, un día, y aunque sea sólo por un par de horas, como hoy me pasa a mí, se van a la porra. 

Estoy enfadada, y por lo que me cuentan, no me queda nada, acabo de empezar, y aún no estamos en plena adolescencia, de la que no tengo ni ídea de lo que me voy a encontrar, pero me da una perezaaaa.

Lloros, y risas, sin ton ni son, dramas a montones, incomprensión, sus amigas no la hacen caso, esta se ha enfadado con ella, la otra no la entiende, hoy fulanita es mi mejor amiga, mañana es menganita.

Un día la ofensa es problema de estado, y mil pitiditos de wup, que al final se convierten en una pesadilla, miras su móvil y tiene 6.000 mensajes. Que horror.

Estudia, apaga el móvil, no te levantes de la mesa, se me ha olvidado el libro de..., voy a preguntar a... que hay que hacer mañana en... Y digo yo, móvil, calendario, alarmas, alertas, notas y como no la AGENDA DE MR WONDERFUL, que ha tardado aproximadamente en llegar a la tienda un mes. Y que se moría por ella, pero que no le sirve para nada, ni para organizarse, ni para saber cuando es el próximo examen, oh el próximo trabajo de grupo.

Ahh y diez minutos antes de irse a dormir, que aproximadamente es una hora después de que yo ya estoy rota. Por favor mami tenemos que imprimir esto y me lo tienes que autorizar aquello. Es muy muy  importante, mañana hay que entregarlo, sino mi tutora me mata. Y yo pienso, la tutora hace cuantas semanas les ha pedido esta autorización. Uff.

Y en todo este lío no meto las actividades extra escolares, y hacer de MamaTaxi. De las que me he ido librando poco a poco, para que todos tengamos una vida más tranquila, un par de horas para estar en casa, merendar, estudiar, bañarse, cenar y un ratito pequeño de ordenador,o tele y me ha encantado renunciar  a que sea una gran bailarina, una gran pianista, una gran tenista, traductora de inglés, francés, alemán, y chino, chef, etc, etc, etc, prefiero un par de horas en familia.

A pesar de que soy una mama guay que sus amigas quieren venir a casa, que además me encanta que vengan, que la apoyo en todo lo que puedo, que me involucro no lo siguiente, que como muchas muchas mamas vivimos por y para ellas...

Enciendo el ordenador,  y... esta su cuenta de correo electrónico, y no se volver a la mía, o me llaman por skype alguna de sus amigas, yo no tengo cuenta de skype, bueno creía que no tenia cuenta pero si la tengo. Voy al cajón de los calcetines y ni uno, ya no me queda casi colonia. Por Dios sólo tiene doce años y usa Chanel nº 5...

Lo que me queda, aún no puede llevar tacones, ni mi ropa, aún no le gusta llevar minifalda, pero mis botas ya sí, aún le pago el móvil y se lo controlo porque tengo un paquete familiar que me lo permite, aún cree en mi y en lo que le cuento, y además es un encanto, obediente, sincera, dulce y es preciosa.

Pero aún así no la aguanto y lo que me queda.


Besos Dulce María, estaba enfadada contigo, pero en este ratito que he escrito YA se me ha pasado.


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